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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 113-180, ISSN 2518-8674 

y por encima de estas están las diversas formas de comprensión de la 
naturaleza y de la sociedad humana. Enfrentar al cambio climático significa 
dar cara a esa diversidad en sus cuatro capas. 

Una alternativa viable requiere un programa piloto para hacer frente a 
estas diversidades económicas, sociales y culturales, y para desarrollar una 
arquitectura de políticas configuradas con estilos de coproducción de los 
conocimientos necesarios para una alternativa basada en la combinación 
de la justicia ecológica con justicia social

91

.

5.1 La única fisura para las políticas requeridas es una

iniciativa subglobal 

Aviel Verbruggen afirma que:

Todos los procesos de cambio significativos están encabezados por pioneros, 
y las políticas climáticas deben proporcionar espacio para la creatividad de los 
pioneros. Los pioneros no tendrían que salir de la UNFCCC. Incluso en el marco 
del Acuerdo de París se permite al lado de sus “contribuciones intencionalmente 
decididas a nivel nacional” (INDC) “contribuciones intencionalmente decididas a 
nivel de un consorcio de países”

92

.

¿Cuáles son los actores que podrían formar una comunidad de políticas-
epistémicas para gobernar una arquitectura sólida y ágil para la gestión 
de la crisis de la energía-ambiente que tenga en cuenta la diversidad y 
complejidad del problema?

En lo que sigue, intento mostrar cómo la diversidad está en el corazón 
de una arquitectura energética-climática subglobal. Lo que propongo aquí 
no se presenta como «la solución». Eso exigiría otro ensayo y sobre todo 
un proceso de investigación/acción y creación de redes para forjar la 
iniciativa. Lo que sugiero aquí es un marco para el tipo de investigación-
acción necesaria para abordar las restricciones y fisuras que podrían sufrir 
las arquitecturas energéticas-climáticas subglobales.

91 La contribución clave de Laudato Sí’, la encíclica del papa Francisco sobre la crisis ecológica, 

es su insistencia de que solo combinando la justicia ecológica con la justicia social se pueden 

proteger los bienes comunes globales, nuestra casa común.

92 Verbruggen, «Urgency of Light Climate Policy», 278.