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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 113-180, ISSN 2518-8674
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ecetas
Para
una
distoPía
Planetaria
:
arquitecturas
energéticas
-
climáticas
La flexibilización cuantitativa (quantitative easing –QE– que literalmente
significa alivio cuantitativo en inglés) se ha convertido en el mecanismo
clave para impedir que la actual nueva recesión mundial se convierta en una
depresión. Las tasas de interés de los bancos centrales se han reducido a cero
o casi cero para estimular la economía, pero esta política monetaria clásica
keynesiana no ha funcionado, dejando al mundo ahogado en un tsunami
de liquidez. Entonces, en un intento extra para estimular la economía,
los bancos centrales utilizan la política monetaria no convencional de
flexibilización cuantitativa para comprar bonos gubernamentales y otros
bonos apoyados por el gobierno, en manos de los bancos comerciales, para
expandir la oferta de dinero y estimular la inversión en la economía. La
austeridad fiscal ha acompañado la flexibilización cuantitativa (QE) por
parte de los principales bancos centrales, confiando en la iniciativa privada
para crear empleos, estimular el consumo de los hogares, la inversión y el
crecimiento. La combinación de flexibilización cuantitativa y austeridad en
el gasto público ha tendido a empeorar las cosas.
Además, los bancos comerciales han logrado protección en la crisis de la
recesión, negociando privilegios con los bancos centrales. En los Estados
Unidos, la flexibilización cuantitativa no estimuló el consumo y la inversión,
en cierta medida, porque la mayor parte de la liquidez creada por la
flexibilización se acumulaba como un exceso de reservas en las arcas de los
bancos centrales. La Ley de servicios financieros de alivio a la regulación,
de 2006, la cual autorizó a la Reserva Federal para pagar intereses a la banca
comercial sobre sus reservas en exceso, socavó el objetivo clave de la QE.
De hecho, con el sector financiero de Estados Unidos al borde del colapso
en 2008, la Ley de estabilización económica de emergencia extendió la
fecha efectiva para ofrecer intereses sobre las reservas excesivas de la banca
desde el 1 de octubre de 2008 en adelante. Como resultado, el exceso de
reservas de la banca comercial mantenido en la Reserva Federal (banco
central) se disparó por un factor de 8, de un promedio anual 200 billones de
dólares, entre 2000 y 2008, a 1.6 trillones de dólares durante 2009-2015. Las
instituciones financieras optaron por mantener su dinero con la Reserva
Federal en lugar de prestarlo a la economía real, ganando casi 30 billones de
dólares –completamente libres de riesgo– durante los últimos cinco años
16
.
16 Stiglitz y Rashid, «What´s holding», 3. «As a result, excess reserves held at the Fed soared,
from an averange of $200 billion during 2000-2008 to $1.6 trillion during 2009-2015. Financial
institutions chose to keep their money with the Fed instead of lending to the real economy,
earning nearly $30 billion –completely risk-free– during the last five years».