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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 51-109, ISSN 2518-8674 

En resumen, la solidez de la política pública no depende únicamente de 
una excelente capacidad operativa-programática (claridad y precisión 
de objetivos, metas, instrumentos, recursos, organización adecuada y 
ejecución eficiente), sino de cómo ha sido el proceso de identificar los 
problemas, las soluciones y las prioridades. La legitimidad y confianza en la 
política pública radica en la capacidad estatal de concertar una pluralidad de 
intereses y convertirlos en una voluntad colectiva para la transformación.

2.2 Los grandes acuerdos políticos: Constitución Política de 

1985 y los Acuerdos de Paz

En la historia política reciente de Guatemala hay dos productos «históricos» 
y «trascendentales» que condensan esfuerzos encaminados a rediseñar 
el marco de las relaciones políticas, económicas, sociales y culturales: la 
Constitución Política de la República de Guatemala y los Acuerdos de Paz. 

La Constitución de la República vigente, creada en 1985, fue el resultado 
del trabajo de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), conformada 
por 88 diputados, cuyas principales fuerzas políticas provenían de la 
Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG) con veinte diputados, la Unión 
del Centro Nacional (UCN) con veintiún diputados y el Movimiento de 
Liberación Nacional en alianza con la Central Auténtica Nacionalista 
(MLN-CAN) con veintitrés diputados. El 27 % restante de constituyentes 
se distribuyeron entre seis partidos y una coalición: Partido Revolucionario 
(diez diputados), Partido Nacional Renovador (cinco diputados), Partido 
Institucional Democrático (cinco diputados), Partido de Unificación 
Anticomunista, Frente de Unidad Nacional, Organización Campesina 
de Acción Social y la coalición entre el Partido Nacional Renovador y la 
Democracia Cristiana Guatemalteca con un diputado cada uno. 

La homogeneidad ideológica y política de la ANC (una visión urbano-
céntrica, racista, ladina, anticomunista, con fuertes nexos con los capitales 
agroindustriales) se expresaría en una constitución política que consignó 
avances importantes en términos de algunos derechos políticos y sociales, 
pero que dejó intacta la matriz económica concentradora y no hizo 
concesiones para reconocer la diversidad étnica y cultural del país.