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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 3-49, ISSN 2518-8674 

Si la oposición amenaza la estructura de mando vertical de las Fuerzas Armadas, 
la integridad territorial del Estado nacional, la posición del país en las alianzas 
internacionales o los derechos de propiedad, que subyacen a la economía 
capitalista, o si la violencia se generaliza, entonces incluso los actores de regímenes 
autoritarios blandos concluirán que los costos de la tolerancia sobrepasan a los de 
la represión

27

.

De esta manera, estos académicos promueven partidos políticos 
moderados en lugar de movimientos sociales, sin tomar en consideración 
cómo esto podría influir en las características del orden postransicional. 
Al hacerlo, no logran anticipar cómo estos partidos políticos contribuirían 
a la desmovilización de considerables sectores de la sociedad, lo que ha 
caracterizado a varias democracias postransicionales

28

.

De hecho, prominentes representantes de la literatura de transición como 
O’Donnell

29

 admitirían más tarde que los resultados de las transiciones en 

muchos casos no pueden ser clasificados como democráticos. La euforia 
de las transiciones pronto dio lugar a un reconocimiento de que estos 
Estados en muchos casos no superaban el criterio mínimo de procesos 
electorales. A pesar de que las elecciones fueron inicialmente consideradas 
como un mecanismo para inyectar una rutina democrática y motivar la 
consolidación del régimen de derechos, distintos autores han señalado 
patrones contradictorios. Varios procesos transicionales llevaron a una serie 
de regímenes ambivalentes que evidencian elementos asociados con formas 
autoritarias de gobierno. Entre sus características se encuentran: un Estado 
de derecho débil; garantías inadecuadas de los derechos civiles, económicos 
y sociales; altos niveles de desigualdad e instituciones débiles con controles 
deficientes de supervisión sobre las funciones administrativas del Estado; 
así como bajos niveles de legitimidad de los gobiernos respectivos

30

.

27 ibid., 27. 

28 Nancy Bermeo, «Rethinking Regime Change», Comparative Politics 22, núm. 3 (1990): 359-377; 

Della Porta, Can Democracy be saved?

29 Guillermo O’Donnell, «Illusions about Consolidation», Journal of Democracy 7, núm. 2 (1996): 34-51.

30 Véase, por ejemplo, O’Donnell, «Illusions about Consolidation», 34-51; Guillermo O’Donnell, 

«Polyarchies and the (Un)Rule of Law in Latin America: A Partial Conclusion», en The (Un)Rule 

of Law and the Underprivileged in Latin America, editado por Guillermo O’Donnell y Paulo Sergio 

Pinheiro (Notre Dame, Indiana: University of Notre Dame Press, 1999), 303-337; Guillermo 

O’Donnell, Democracy, agency, and the state: theory with comparative intent (Oxford: Oxford University 

Press, 2012); Larry Diamond, Developing Democracy; Larry Diamond, «Thinking about Hybrid 

Regimes», Journal of Democracy 13, núm. 2 (2002): 21-35; Waldo Ansaldi, «La democracia en 

América Latina, un barco a la deriva, tocado en la línea de flotación y con piratas a estribor. 

Una explicación de larga duración», en La democracia en América Latina, un barco a la deriva, editado