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Revista Eutopía, año 1, núm. 1, enero-junio 2016, pp. 179-213
evolución histórica fué obstaculizada por el hecho colonial (las nacionalidades
Mayas dominadas); y una nación potencial surgida por y en el hecho colonial,
pero que no se asume así mismo como tal (la nacionalidad ladina dominante).
Estas realidades nacionales se encuentran reducidas a la entidad estatal, quien
funciona entonces como embudo atragantador de los mismos. Entonces, bajo
ningún concepto Guatemala puede ser considerada como nación porque es una
sociedad multinacional: sus estructuras institucionales y sus fronteras estatales
no concuerdan o son literalmente extranjeras a las de sus pueblos componentes.
Tomando en cuenta que el Estado es el instrumento de dominación de la
burguesía ladina (y por añadidura de la comunidad ladina), se puede concluir
que Guatemala sólo es un imperio burgués que domina a una multiplicidad de
nacionalidades y que pretende ser nación “única e indivisible”. Para que una
sociedad pueda ser considerada como nación, es necesario que tenga un carácter
propio (rasgos económicos, lingüisticos, culturales singulares), una estructura
política y administrativa propia (un gobierno y un territorio), además que haya
traslape entre sus fronteras políticas y administrativas con sus características
cultural lingüísticas
1. LA COMUNIDAD LADINA: UNA “NACION” SIN CONSCIENCIA NACIONAL.
Cuando se dice que la comunidad es una “nación” sin consciencia nacional, se
está diciendo que es una comunidad con carácter propio y con estructura estatal
propia. Es decir, tiene los elementos necesarios para constituirse en nación, pero
por diversas razones rechaza asumirse como tal. Efectivamente, la comunidad
ladina tiene una historia y cultura específicas que la diferencian netamente de
las comunidades mayances y la semejan a las otras “naciones” latinoamericanas
(lenguas trasplantadas, cultura híbrida, etc.). Tiene también montado un aparato
estatal operacional, aunque por ahora esté controlado por su burguesía.
Sin embargo, la comunidad ladina rechaza asumirse como pueblo autónomo,
independientemente de la presencia o ausencia de indios sobre “su territorio” por
diversas razones: Psicológicas, políticas, económicas.
a. PSICOLOGICAS: Porque rechaza el encuentro consigo mismo, la realidad
de su identidad colectiva para vivir en la ilusión de ser lo que no es (pueblo
huérfano desenraizado históricamente, pueblo ninguneado dirían los
mexicanos).