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Revista Eutopía, año 1, núm. 1, enero-junio 2016, pp. 179-213

fusionamiento podría desarrollarse entonces en dos etapas correspondientes a 
dos facetas del mismo proceso:

a. Una primera, de naturaleza inmediata y necesaria, que consiste en combatir 

la dialectización interna que han sufrido las 22 ó 23 lenguas reconocidas 
actualmente. Cosa que se puede conseguir mediante la transcripción 
(escritura), la normalización ortográfica (estandarización) y actualización del 
vocabulario de dichos idiomas. 

b. Otra segunda, de naturaleza mediata y opcional, que consiste en fusionar 

las lenguas más emparentadas fonológica, lexical y sintacticamente a las 
lenguas que gozan actualmente de mayor autonomía y vitalidad. 
La primera etapa tendría por función garantizar la sobrevivencia de dichos 

idiomas ya que la dialectización es estrictamente de origen colonial. Y la segunda, 
de contribuir a cimentar cierta unidad política del pueblo mayance (y de reducir 
costos de traducción) si sus parlantes la consideran necesaria. 

Es claro que esta fusión de lenguas sería a largo plazo y muy relativa porque 

lo más seguro es que la heterogeneidad lingüística mayance sólo sea reductible 
a unos cinco idiomas (Kí-ché, Mam, Tojolabal, Chol, Yucateco,) pués quedaría 
necesariamente vivas aquellas que fueran irreductibles entre sí por estar muy 
“distanciadas” unas de otras. Además, esta fusión podría resultar innecesaria 
porque la consciencia de la existencia, especificidad e identidad panindiana existe 
sin necesidad de una unificación lingüística previa. Por lo tanto la fusión de lenguas 
podría ser considerada como una operación inútil además de costoso, y que no 
es condición necesaria y absoluta para la constitución de una nación mayance.

C. LA COMUNIDAD DE VIVENCIAS: FACTOR PRINCIPAL DE NACIONALIDA.

En cuanto al segundo factor de nacionalidad, se puede decir lo siguiente: 

El destino común vivido en manos del extranjero desde 1524 ha modelado en 
los pueblos indios un nuevo tipo de identidad y de consciencia nacional que se 
dá a nivel genérico traslingüístico que los obligó a reinterpretarse genericamente 
ante el extranjero como pueblos politicamente distintos pero afrontando todos un 
destino común. Este destino común y las vivencias comunes, hicieron que las 
identidades nacionales de base lingüística quedaran relegadas a segundo plano 
en beneficio de una identidad basada en la comunidad de historia. Estos factores