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Revista Eutopía, año 1, núm. 1, enero-junio 2016, pp. 179-213

de su evolución histórica natural. Todo lo anterior autoriza para afirmar que la 
Teoría de las Pequeñas Nacionalidades no puede aplicarse mecanicamente al 
“rompecabezas” lingüístico mayance porque sería institucionalizar en parte los 
resultados de las relaciones de explotación y opresión vividos hasta ahora. 

Por otro lado, tampoco puede decirse que como lingüisticamente el pueblo 

indio no está unificado, jamás podrá constituirse una sola nación ya que la lengua 
no actúa siempre como criterio único y absoluto de nacionalidad. Los indios 
estiman que en el marco del proyecto de sociedad mayance, es concebible la 
formación de una nacionalidad panétnica pero cuyo contenido principal no sería 
exclusivamente lingüístico sino también vivencial. El elemento lingüístico y el 
vivencial serían los dos factores primordiales de dicha nacionalidad. 

B. LA COMUNIDAD DE LENGUA: FACTOR NO EXCLUSIVO DE NACIONALIDAD.

Es evidente que con la actual fragmentación etnolingüística mayence, es 

impensable hablar de una sola nacionalidad porque se presentaría el problema 
de la selección e imposición de uno de esos idiomas a los demás. ante 
dicha multiplicidad, lo justo es otorgarle a cada étnia de lengua autónoma o 
semiautónoma, el estatus de nacionalidad, por muy grande (Kí-ché, Kekchí, etc.) 
o pequeña que sea (pocomames, pocomchies, etc.). Esto es lo que determina la 
historia y el carácter específicos de cada una de ellas. 

Sin embargo, es concebible que, por razones estratégicas, las diversas 

nacionalidades mayances conscientan voluntariamente unificarse en una sola 
nacionalidad, y por lo tanto conscientan también a fusionar sus idiomas entre sí, 
tanto como sea posible. 

Desde luego, para lograr esto, es necesario crear y obtener un concenso de 

y entre las diversas nacionalidades porque es la manera de hacer que el destino 
de la nueva nación sea el producto de la voluntad consciente y colectiva de todos 
sus miembros. Si se lograra este concenso, entonces se podría hablar de un 
proyecto de fusión lingüística. Esta fusión tendría por objeto responder en parte a 
las exigencias unitarias del proyecto de constitución de una República Maya, y en 
parte, para remediar la “degeneración” de dichas lenguas causadas por la pérdida 
de autonomía política de sus comunidades parlantes (dialectización, degradación 
fonológica, lexical y sintáctica; invasión de “extranjerismos”, etc.). Esta política de