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Revista Eutopía, año 1, núm. 1, enero-junio 2016, pp. 179-213

pasatiempo de intelectuales más preocupados por trasplantar mecánicamente 
la teoría marxista o de mantenerse fieles a una de sus corrientes, aunque para 
eso tenga que forzar y deformar la realidad social y nacional del país. 

c. LAS INEVITABLES LUCHAS DE LIBERACION DE LA(S) NACION(ES) 

MAYA(NSES).

Finalmente, la comunidad ladina debe estar advertida de que, 

independientemente de los dos factores anteriores, la lucha anticolonial de los 
mayas se dará tarde o temprano en el país. Porque el orden nacional instaurado 
por el capitalismo y su aliado histórico, el “Estado nación” centralista, conduce 
inevitablemente a la dislocación del poder central. El orden nacional colonial y 
buergués necesita uniformizar para mejor centralizar, y necesita centralizar para 
mejor uniformizar. Su lógica es imponer su proyecto de sociedad a los pueblos 
sometidos. 

Por eso busca descentralizarlos de su propia historia y desvincularlos de 

sus antepasados; busca despersonalizarlos en sus diferencias de la étnia y 
clase dominantes (lengua, tradiciones, modos de vida, sistemas de valores); 
también busca deteriorar todas las condiciones que podrían alimentar acciones 
y comportamientos “divergentes” al modelo estandarizado y dominante. Ante 
esa uniformización integral, los pueblos sometidos, conscientes de su existencia, 
especificidad e identidad, sólo pueden exigir y luchar por su independencia. Esto 
es lo que harán inevitablemente los mayas en un futuro próximo.

Claro que la comunidad ladina podrá retrazar el advenimiento de dicha 

lucha pero no evitarla porque los pueblos avasallados siempre “resucitan”. Podrá 
retrazarla aislando al pueblo indio, es decir, a fuerza de llevarlo a contracorriente del 
progreso y desarrollo (evitándole el contacto con el mundo exterior y la escolaridad, 
etc.). Podrá retrazarla también controlando su consciencia mediante instrumentos 
de manipulación, tal como la ideología estatal nacionalista que sustentan la historia 
“oficial” del país. dicha historia, que no es otra cosa que el punto de vista de la 
comunidad y clase dominantes, hace ver al indio que la verdadera “vida nacional” 
comienza desde la llegada del español en América y no antes. 

Tales políticas de enajenación nacional, no siempre han tenido ni tendrán 

resultados concretos porque, o bien los indios ya tienen consciencia de su