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Revista Eutopía, año 1, núm. 1, enero-junio 2016, pp. 179-213

Que la formación estatal guatemalteca tenga más de 160 años de “vida 

nacional independiente”, no quiere decir que haya ya una embrionaria identidad 
nacional chapina. Es cierto que la “nación guatemalteca” nació en 1821, pero sólo 
fué una proclamación nominal que creó un Estado (un aparato administrativo y 
represivo, un territorio delimitado por los intereses coloniales, etc.). No existía 
nacionalidad porque dicha entidad estatal no poseía ninguno de los atributos 
de carácter y de historia necesarias a toda nación (homogeneidad lingüística y 
cultural, consciencia y sentimientos nacionales, comunidad de vivencias, etc.). 
Además, fué sólo la burguesía criolla quien le dió origen, marginando así al 
proletariado ladino y a las naciones mayances en las decisiones concernientes 
a su estrustura social y nacional. El pueblo indio por su lado, nunca se ha 
considerado como componente de dicha nación. Recuérdese así la categoría de 
nación que acordaban a sus respectivas étnias de pertenencia (ver la terminología 
de los autores del “título de los Señores de Totonicapán en 1554”), así como sus 
“levantamientos” de naturaleza nacionalista llevados a cabo en la misma época 
en que la “patria del criollo” adquiría su “independencia nacional” (Atanacio Tzul 
en 1820 y otros).

No obstante todo lo anterior, la “nación guatemalteca” continúa ipnotizando 

a los ladinos porque es la condición necesaria de su sobrevivencia en tanto que 
pueblo colonizador. En consecuencia, esta posición hegemónica condiciona 
su percepción de la realidad política del pais: en vez de percebir naciones en 
relaciones de dominación, a penas si llegan a percibir “razas” contendientes (raza 
ladina conquistadora e indomable, raza india vencida), o culturas de estatus 
diferente (cultura ladina superior, cultura india inferior.). Claro que se equivocan 
porque a la hora de clasificar, el concepto de raza no funciona (ni en Guatemala 
ni en ninguna parte del mundo). Así, entre los indios hay gente blanca y rubia 
pero que no se identifican con el pueblo ladino (caso de los germano-Kekchís de 
Cobán) también entre los ladinos hay gente cobriza con “cara de indio” pero que 
no se identifica con el pueblo indio (caso de Miguel Ángel Asturias, etc.). Tampoco 
funciona la diferenciación de estatus entre culturas porque la cultura mayance 
no es una etapa anterior y superada por la cultura ladina. Ambas culturas son la 
manifestación actualizada y local de civilizaciones diferentes. Entre ellas pueden 
haber diferencias, interacciones, relaciones de dominación, pero no evolución 
acumulativa y lineal de una hacia la otra.