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Revista Eutopía, año 1, núm. 1, enero-junio 2016, pp. 25-68
2.3.3 Asignación de nombres de las zonas de vida para cada píxel
La parte final de este ejercicio intermedio consistió en asignar el nombre
de la zona de vida correspondiente a cada píxel, en función del código
obtenido mediante la vinculación de los cuadros generados en el proceso
de codificación de las zonas de vida (acápites 2.3.1. y 2.3.2.).
2.3.4 Simplificación del modelo
En las primeras aplicaciones del modelo algunos píxeles no fueron
clasificados, cuestión que se explica por la generación de códigos duplicados
para las variables de biotemperatura y relación de evapotranspiración-
precipitación, impidiendo, a través del modelo, la asignación adecuada del
nombre de la zona de vida. Debido a que la relación de evapotranspiración-
precipitación se obtiene mediante las variables biotemperatura y
precipitación pluvial, se tomó la decisión de utilizar únicamente estas
dos últimas variables para poder relacionar zonas de vida y píxeles. Este
procedimiento es consistente con la posición de diversos autores
58
, cuando
proponen utilizar únicamente estas dos variables climáticas. Aun así, es
importante señalar que utilizando la relación de evapotranspiración
potencial y la precipitación pluvial, es posible establecer un elemento de
cohesión entre las diversas zonas de vida a partir de unidades ecológicas
de mayor jerarquía, a las que Holdridge denomina provincias de humedad.
Estas unidades se proponen como un primer criterio de agrupación de
zonas con características de humedad similares.
2.4 Verificación de campo
Durante la fase de campo se desarrollaron exhaustivas y largas jornadas
en cada una de las zonas de vida preliminarmente delimitadas a partir del
proceso ya explicado anteriormente. Durante mes y medio, el recorrido
abarcó un total de 4650 kilómetros y el análisis de todas las zonas de vida
58 ONERN (Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales), Mapa ecológico del Perú, guía
explicativa (Lima: ONERN, 1976), 24. Holdridge, Ecología basada, 26. Vicente Céspedes y Joseph
Tosi, “El sistema de zonas de vida”, Biocenosis 13, núm. 1/2 (2000): 57-62, 60. David N. Yates,
Timothy G. F. Kittel y Regina Figge Cannon, “Comparing the correlative Holdridge model to
mechanistic biogeographical models for assessing vegetation distribution response to climatic
change”, Climatic Change 44 (2000): 59-87. Jiménez, “Resiliencia de los ecosistemas,” 45.