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Revista Eutopía, año 1, núm. 1, enero-junio 2016, pp. 3-24
J
uan
B
lanco
c
ultura
:
punto
de
partida
del
diálogo
intercultural
Indios y ladinos, “mayas” y mestizos son abstracciones a las cuales remitimos
nuestras identidades híbridas y mestizas. No existe el indio o el “maya” ni el ladino
o el mestizo químicamente puros. Situémonos en los espacios de la hibridación
y no en las polaridades arquetípicas para inventar una nación democrática y
superemos ya toda suerte de esencialismo, fundamentalismos y puestas en escena
para la cooperación internacional
57
.
El problema de esta perspectiva consiste en la incapacidad de reconocer
distintos procesos de conformación de la identidad cultural. Este es el
mismo problema del análisis de Bonfil Batalla. La solución parece no
descansar en la “producción de ausencias”, es decir, en la negación de
configuraciones culturales milenarias con el fin de otorgar validez a
configuraciones fronterizas de las culturas. Si bien la teoría de la hibridación
cultural ofrece posibilidades hermenéuticas para legitimar estas identidades
culturales fronterizas y, por ende, no milenarias, como la ladino-mestiza,
la afroamericana, entre otras, elimina la capacidad de comprender la
dinámica de larga duración de la civilización mesoamericana. Ambas son
incapaces de dar razón de la compleja realidad cultural continental: una, la
de Morales, por absolutizar el “mestizaje interétnico”, y la otra, la de Bonfil
Batalla, por reducir las culturas a la identificación de elementos propios
y ajenos, donde “elementos propios” hace referencia a componentes
esenciales y ancestrales. Ambas tendencias son esfuerzos hermenéuticos
de interpretación de la contextualidad en las que las culturas acontecen;
ambas, sin embargo, debido a que la realidad supera cualquier delimitación,
terminan negando la existencia de la pluralidad cultural. Las dos renuncian
explícita o implícitamente a la posibilidad de configurar “un mundo donde
quepan otros mundos”.
4. Reacciones de la filosofía intercultural ante el
multiculturalismo y el hibridismo cultural
Frente al multiculturalismo, es decir, el proyecto de convivencia entre
culturas sin interacción, como forma de garantizar la existencia de las
mismas, la filosofía intercultural propone la posibilidad de la universalidad
en tanto que búsqueda de un proyecto común que surge como resultado del
diálogo intercultural. Según Fornet-Betancourt
58
, “la diversidad contextual
57 ibid., 420.
58 Fornet-Betancourt, Tareas y preguntas, 107.