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Conversa

Esto nos hace retornar al ejercicio 
sugerido por Ramírez, que involucra 
tomarse el tiempo de ver en el otro, 
a nosotros mismos. En omitir de la 
mirada, en todas sus formas, aquellos 
rasgos que a simple vista, son una 
diferencia: su ropa, su sexo, su 
edad, el color de su piel, su forma de 
locomoción, etc. En la medida en que el 
otro se convierta en parte de nosotros 
mismos, es decir, poder ver en el otro 
ser humano una persona igual de 
valiosa que nosotros mismos, estamos 
en el camino de empezar procesos 
realmente inclusivos en cualquier 
campo, como en el de la educación. 

La educación es solo uno de los campos 
de acción de la inclusión. Ainscow y 
otros (2003), mencionado por Unesco 
(2017) afirman que la inclusión y la 
equidad deben considerarse como 
el punto de partida para tomar 
decisiones que permitan «medir lo 
que valoramos»; en lugar de «valorar 
lo que podemos medir» (p. 21), como 
suele ser el caso.

Como afirman Kugelmass y Ainscow 
(2005) ciertas formas de liderazgo 
permiten con eficacia promover la 
igualdad, la equidad y la justicia social. 
Esto nos da la pauta de que nuestro 

Psicología del Desarrollo Humano I, Facultad de Humanidades.

Fuente: archivo de RSA.