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Conversa

aporte permanente a los procesos de inclusión en educación o 
cualquier otro campo de acción, radican en generar, como un 
elemento actitudinal y profesional, un liderazgo que favorezca 
los espacios y los grupos de personas donde prevalezca la 
igualdad, la equidad y la justicia social. 

Estos liderazgos ejercidos en los respectivos ambientes de 
cada persona, van desde el interior de la dinámica familiar, 
educativa, institucional, social y política, en la que cada uno 
influye con la propia actitud ante las mismas situaciones. 
¿Qué hace el docente cuando observa que a una persona en 
clase se le dificulta comprender las instrucciones orales que 
proporcionó? ¿Puede colaborar para que esa persona las 
comprenda y las realice? ¿Qué necesita o necesitaría en ese 
momento para colaborar? Ocampo (2015) afirma que:

La educación inclusiva es un modelo que asume la 
heterogeneidad y la diversidad de todas las personas. La 
diversidad es un fundamento antropológico pues explica 
que todos los ciudadanos somos diferentes y eso es lo 
normal, o anormal es pensar que todos somos iguales. 
Mientras que la heterogeneidad es el fundamento 
psicológico y explica que todas las personas experimentan 
situaciones, dimensiones y habilidades diferentes para 
aprender. El aprendizaje no es algo estático depende el 
lugar que cada persona habita en este mundo (p. 22).