Veamos con más detalle los hábitos antes mencionados:
1. Decidir bajo la propia responsabilidad
Cada persona que ha habitado el planeta, en este o cualquier otro momento
histórico, ha sido llamada a la vida y se la ha dotado de libertad. Esto implica
que somos seres que tenemos la capacidad de elegir, de decidir, incluso
decidirnos. Elisabeth Lukas, citando a Karl Jaspers, afirma que «el ser humano
es desde que nace un ser decisivo» (p. 30). Habrá situaciones y circunstancias
que se saldrán de las manos de la persona, sin embargo, en esas y en cualquier
otro escenario que esté bajo su influencia, la persona está llamada a responder
desde su forma particular de ser. En definitiva, yo soy responsable de lo que
hago con lo que me pasa.
2. Pensar más allá de uno mismo
Según Lukas, Frankl define lo ajeno como todo «aquello que sólo nosotros
mismos no somos» (p. 34) y por ello, puede ser una aspiración para nosotros.
Una aspiración en el sentido del dar y el darse, buscando la empatía como
primer orden. En definitiva, no puedo pedirle a otro que me dé algo que yo
mismo no estoy dispuesto a dar, por lo que se necesita tener consideración, dar
respeto, ser comprensivo, generoso, solidario, etcétera, para recibir todo esto y
más. Establecer límites personales y reconocer los límites de otros permite la
armonía en la relación, tornándola en algo que construye vida.
3. Actuar proactivamente
Lukas considera que ante lo que la vida puede traerle a cada quien, existe lo
inevitable y lo evitable. Con lo primero se refiere a que «yo soy lo que hago»,
es decir, que mis actitudes y conductas son decisiones vinculadas a mi
identidad; mientras que con lo segundo, se refiere a «lo que a mí me hacen», y
es verdad que nadie puede dominar mi identidad sin que yo lo permita. Es por
ello, como ya lo habíamos mencionado anteriormente, que la reacción a lo que
experimentamos o vivimos es nuestra elección y por consiguiente, esa elección
personal se convierte en reflejo de mi identidad. Ser una persona proactiva,
entonces, implica tener la visión de lo que se puede hacer para obtener lo mejor
de la situación actual, sea cual sea. Ya Frankl decía que no debe importarme lo
que yo espero de la vida, sino lo que la vida espera de mí.
Bienestar Landivariano
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